Aún cuando Chile no fue considerado como una zona promisoria de energía Mareomotriz a nivel mundial, a escala local existen zonas en Chile donde las velocidades de mareas son mayores, y pueden ser aprovechadas para la producción de energía Mareomotriz.

 

Es así, que surge la idea de utilizar dichas corrientes marinas para obtener energía que permita abastecer a localidades costeras que se encuentren sin posibilidad de conectarse a los sistemas interconectados del país. Por otro lado aparecen diversas empresas que se encuentran desarrollando sus procesos productivos en el mar, y son quienes también requieren acceder a energías limpias y que permitan minimizar el costo de la logística y costo de generación de energía que requieren para producir.

 

El proyecto se inicia en el año 2014, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria y en colaboración con la empresa Efficienty y la empresa Meinstream